“Repito las cosas mil veces y no me hace ni caso”, “Es como si no me oyeran”, “Por más que les digo las cosas, siempre termino haciéndolo yo”… ¿Te suenan estos comentarios? Si tienes hijos es más que probable que te reconozcas a ti mismo pronunciando estas frases. Lograr que nuestros hijos colaboren no es tarea fácil, pero no es imposible. Hoy te traigo algunas herramientas para lograrlo.
NO ES LO MISMO OBEDECER QUE COLABORAR
Muchos padres se sienten frustrados porque sus hijos no les “obedecen” pero, en realidad, ningún padre quiere que sus hijos se conviertan en personas obedientes, lo que pasa es que todavía no lo saben.
¿Te gustaría que tu hijo obedeciera cuando un abusón en el cole le pida hacer cosas que no desea, cuando sus amigos fumen y le ofrezcan un cigarro, o si dan con una pareja que no les respeta?. En estos casos seguro que te encantará que tu hijo diga NO.
Por tanto, ¿Por qué íbamos a querer a enseñarles a ser obedientes?. Lo que realmente queremos es que nuestros hijos aprendan a ser responsables y a tener criterio propio.
“No queremos que nuestros hijos sean obedientes. Lo que deseamos es que nuestros hijos sean responsables, sean conscientes de que hay unas normas y unos límites (que como padres debemos establecer) y que colaboren para cumplirlas.”
Esta diferencia, nos da la clave para actuar. Vamos a ver qué puedes hacer para que tus hijos colaboren en casa.
¿CÓMO LOGRAR QUE TUS HIJOS COLABOREN?
1. Dejar de dar órdenes
Repetir mil veces lo mismo, perseguirles… no funciona ¿verdad? Dar órdenes permanentemente no va a dar resultado, por el contrario, nos hace perder fuerza, nos agota y muy probablemente acabemos enfadados, gritando o hablando mal a nuestros hijos. Si algo no funciona, hay que cambiarlo.
2. Llegar a acuerdos
Llegar a acuerdos sobre las tareas y responsabilidades en casa es posible y da muy buenos resultados ya que los niños sienten que forman parte de la toma de decisiones, que se les tiene en cuenta. Podéis hacer una lista de las responsabilidades que corresponden a cada uno y otra con las tareas comunes que habría que repartir. Pide voluntarios, estableced turnos, ofrece ayuda… Recuerda que se trata de llegar a un acuerdo, no de imponer las tareas. Sería interesante también llegar a un acuerdo sobre el momento de hacerlas.
3. Pedir ayuda
Generalmente los niños son muy generosos y suelen estar dispuestos a ayudar a los demás (siempre y cuando se sientan tenidos en cuenta y ayudados por ti). Si en lugar de decir “¿Puedes apagar la tele de una vez y venir a poner la mesa?” “¿No ves que estoy cansada y tengo que hacerlo todo yo siempre?” les decimos “Cariño, podrías ayudarme a poner la mesa mientras hago la cena, mamá está muy cansada hoy”, con mayor o menor entusiasmo, muy probablemente vengan a ayudarte. Esto no es algo mágico, para que funcione, tenemos que practicar un clima de respeto y ayuda mutua en casa.
4. Invertir tiempo en enseñar
Una vez las tareas y responsabilidades están asignadas, toca invertir tiempo y esfuerzo en enseñar a nuestros hijos a hacerlas. En lugar de pretender que haga una lista de cinco tareas nuevas podemos empezar por introducir dos de ellas para luego ir añadiendo progresivamente. Tendremos que explicar bien cómo se hacen y darles un margen de tiempo para integrarlas en su día a día. También será importante analizar si el ambiente está adaptado para que puedan realizarlas (si llegan bien al armario de los vasos para poder poner la mesa, si hay un sitio para recoger cada juguete, si queremos que pongan toda la ropa que se quitan en el cesto de la colada o, por el contrario, hay prendas que pueden reutilizarse…) y si disponen del tiempo necesario para hacerlas.
5. Recordar o preguntar
Hasta que los niños interioricen sus nuevas responsabilidades, se les va a olvidar hacerlas en más de una ocasión. Para evitar volver a las peleas, prueba a hacerles preguntas del tipo “¿Recuerdas qué había que hacer antes de cenar?”, “¿Te acuerdas dónde dejamos la ropa sucia?” o “¿Están listos todos tus deberes?”
6. Tiempo
Las prisas no son buenas, si vamos con el tiempo justo para todo, es muy probable que terminemos volviendo a las órdenes o, lo que es peor, haciendo las cosas por ellos. Es importante organizarse bien y evitar las prisas. Prueba a hacer las cosas con tiempo y avisa con antelación “Chicos quedan 10 minutos para ir a la ducha, ¿os acordáis de lo que hay que hacer antes?” o “Chicos, en 15 minutos salimos hacia el cole, ¿Están listas las mochilas?”
7. Decidir qué harás si no se cumplen las normas acordadas
Es muy importante que, a la vez que lleguéis a un acuerdo sobre las tareas, tengas claro qué harás si no se cumplen. Esto te ayudará a evitar las amenazas que no cumplirás o los castigos que no van a dar resultado.
Sería algo así como contarles dónde está tu límite. Por ejemplo: “No voy a lavar la ropa que no esté en el cesto de la colada”, “Cuando os avise para cenar, pondré la comida y los que estemos sentados comenzaremos a cenar”… Recuerda, no se trata de amenazarles, si no de comunicarles, con respeto, qué vas a hacer tú. Por supuesto, deben ser límites respetuosos para ellos y que estés dispuesto a llevar a cabo.
Hasta aquí el post de hoy. Espero que te sea de ayuda, aún así ya sabes que puedes contactar conmigo en https://mimotikids.com/contacto/ y estaré encantada de ayudarte a descifrar qué es lo que no está funcionando en vuestra dinámica familiar.