Todos los adultos hemos sentido alguna vez cómo nuestra inseguridad o nuestros miedos, son los obstáculos más difíciles de superar para lograr nuestras metas. De ahí que fomentar la autoestima de nuestros hijos sea una de las mayores preocupaciones de la crianza. Hoy te cuento siete cambios sencillos que podéis utilizar para ayudar a vuestros hijos a confiar en ellos mismos.
1. Cuidado con los refuerzos y halagos.
Es genial animar a nuestros hijos y felicitarles por sus logros pero, ¡con cuidado!
Los halagos y los premios son armas de doble filo. Podemos hacer que nuestros niños crezcan dependientes de la aprobación de los demás. La clave se encuentra en alentar en lugar de halagar.
Debemos centrarnos en el proceso y el esfuerzo que nuestros hijos hacen. Observar bien a los niños cuando hacen las tareas que más les cuestan y valorar su actitud ante ellas, no el resultado.
Unos ejemplos que te pueden servir de guía son:
- “Cuantos detalles has dibujado” versus “Qué bonito dibujo”
- “Cuánto te has esforzado” versus “lo has hecho muy bien”
- “Has sido muy paciente” versus “Te has portado muy bien en la sala de espera”
- “Te has esforzado mucho, te lo mereces” versus “Qué buenas notas has sacado”
- “Estarás orgulloso de lo mucho que te has esforzado ¿no?” versus “Estoy orgulloso de ti”
De esta forma no “recompensamos” el resultado, sino su actitud. Cuando algo le salga mal, la frustración no será tan grande, puesto que sabrá que lo importante no es el resultado sino el esfuerzo que ha hecho. Al mismo tiempo, aprenderá a valorar los resultados por sí mismo, sin depender de la aprobación de los demás.
Todos nos equivocamos y es fundamental para la autoestima crecer en un ambiente en el que los errores son aceptados y sirven para aprender.
2. Dejarles experimentar.
Que nuestros hijos comprueben desde pequeños que son capaces de hacer las cosas por si mismos es la mayor fuente de autoestima que podemos ofrecerles.
Cuando hacemos cosas por ellos que pueden hacer solos, perdemos la oportunidad de que se sientan capaces.
Algunos cambios sencillos que puedes hacer y que te facilitarán la misión son:
- Poner a su alcance las cosas que utilizan.
- Limitar la cantidad de juguetes para que sea sencillo jugar y a la vez recoger
- Dejarles trepar y saltar confiando en que pueden hacerlo (en sitios adecuados, lógicamente)
- No rescatarles en cuanto aparece un inconveniente (salvo que haya una amenaza real…)
- Tomar los errores y decepciones como una forma de aprender. Encontrarás un cuento que puede ayudarte con esto en este post
3. Darles responsabilidades:
Los niños pueden tener ciertas tareas asignadas en casa y en el cole desde que son pequeños.
Poder colaborar sin que alguien les de órdenes continuamente les hará responsables y de esa responsabilidad se alimentará su autoestima.
¿Por dónde empezar?
Recoger sus cosas, preparar la ropa del día siguiente, meter la merienda y el agua en la mochila del cole, poner la ropa sucia en el cesto, preparar su merienda o limpiar la mesa si se les cae el agua… son tareas sencillas que podéis acordar con ellos y no sólo mejorarán la convivencia en casa sino que les hará sentir responsables.
4. Cuidar nuestras expresiones.
“Espera que te ayudo”, “Ya lo hago yo”, “No es así”, “Mira cómo se hace”... son frases que aunque pueden resultar agradables para ellos, pueden ser traducidas por sus pequeñas cabecitas como un “no me cree capaz de hacerlo”, que es precisamente lo que queremos evitar.
A nivel físico también debemos tener cuidado. Somos una sociedad excesivamente preocupada por la imagen (aunque las cosas vayan mejorando poco a poco en este sentido). ¿Cuantas veces comentas “¡Vaya cara tengo hoy!”, “¡Uy, vaya pelos tengo!” “ufff, creo que debería ponerme a dieta!”? todos esos mensajes van calando en nuestros hijos y les hacen ver la importancia que damos a estas cuestiones. ¿Qué tal si empezamos a querernos un poco más?
5. Cuidado con las críticas
Con demasiada frecuencia criticamos por deporte. Mucho cuidado porque a veces no nos damos cuenta, pero los niños si.
Ante un camarero que no nos atiende bien podemos comentar “Qué tío más borde” o “Éste señor no ha sido muy amable” y, no suena igual una frase que la otra , ¿verdad?.
Demasiadas veces, escucho a padres hablar bastante mal a sus hijos, aquí algunas de las más frecuentes y las alternativas más respetuosas que podríamos utilizar:
- “¿No puedes mirar por dónde vas?” mejor utilizar “Cariño, atento, que nos podemos caer”.
- “Lo has vuelto a manchar” podemos utilizar “Vamos a coger un trapo para que puedas limpiarlo”
- “Otra vez lo has roto” podemos cambiarlo por “Esto es delicado, debemos ser cuidadosos cuando lo utilizamos”.
- “Deja en paz a tu hermano” mejor utilizar “Respeta lo que está haciendo tu hermano”
6. No le compares
Esta es especialmente importante en las familias en las que hay más de un hijo, pero las comparaciones ocurren también con amigos o compañeros de clase.
En ocasiones las comparaciones son simplemente un recurso fácil, en otras, las utilizamos con la mejor intención, para que los niños tomen como modelo a alguien que hace algo mejor que ellos. La realidad es que solo conseguimos aumentar la competitividad haciendo, además, que se sientan inferiores.
7. Normas claras y adecuadas, con respeto.
Puede sorprender que la existencia de normas y límites vaya a tener alguna influencia en la autoestima de nuestros hijos, pero la tiene.
Cuando los niños tienen claro que hay unos límites que no deben sobrepasar, actuarán en consecuencia y de esa manera evitaremos perseguirlos con comentarios negativos del tipo “eso no se hace”, “te has portado fatal”… simplemente sabrán que cuando sobrepasen esos límites les corregiremos, no por ellos, sino por no respetar las normas.
Puedes leer más información sobre por qué es importante poner límites a los niños y cómo hacerlo aquí.
Hasta aquí el post de hoy. No me gustaría terminar sin decirte que se que éste es un tema complicado y puede ser un poco abrumador descubrir cuántas cosas “podemos que mejorar”. Te animo a ir introduciendo cambios poco a poco, sin agobiarte los días que no vayan del todo bien y a compartir por aquí cualquier duda o reflexión que te surja en el proceso.